EL CUADRO PERDIDO
La primera promoción de estudiantes de Bellas Artes en Sevilla
comenzó la carrera en 1981. Entre aquellos alumnos estaban Curro González,
Patricio Cabrera, Ricardo Cadenas y algunos otros conocidos y cotizados pintores en la actualidad.
Uno de aquellos estudiantes puso un bar hacia 1982, donde se
reunían al calor de la mejor música de aquellos años y exponían sus cuadros no solo para exhibirlos, sino
también -si había suerte- para vender
alguno.
Este bar en la calle de Las Siete Revueltas de Sevilla era un lugar de encuentro entre pintores y gente joven que apostaba por una regeneración artística y social.
A él solía acudir un joven Ricardo Casstillo con la ilusión de colgar alguna obra y formar parte de aquella camarilla de jóvenes artistas. Y allí llevó este cuadro lleno de color, al más puro estilo Matisse. Este cuadro que ya había estado colgado en la Máquina Española en un intento de entrar y hacerse un hueco entre sus compañeros. Era este óleo sobre lienzo de 161,5 x 129,5 cm.
Aquel divertido bar de la movida sevillana cerró de la noche
a la mañana y todos los cuadros quedaron dentro.
El dueño del bar decidió llevarlos a Nerva, para modernizar
la colección del museo de su pueblo. Los
pintores cedieron sus cuadros para que formaran parte de los fondos del Museo Vázquez Díaz, entre ellos este cuadro de Ricardo.
De este modo, se creó una gran colección de arte contemporáneo que ahora ha
triplicado su valor inicial. Desde entonces los cuadros se exhiben en una Sala dedicada a los Pintores de los 80 de
Sevilla.
EL CUADRO PERDIDO
Tras el fallecimiento de Ricardo, la familia fue a visitar
aquella Sala. Para él era una obra importante porque representaba sus inicios
en la pintura y porque, además, era un orgullo estar representado en el Museo del pueblo de sus abuelos.
Para sorpresa y desilusión aquella amada obra de sus comienzos nadie sabe dónde está. El cuadro ha desaparecido.
Por fortuna, nos queda este retrato lleno de color que hizo a su hija Celia en el mismo año 1984 y que conservamos como testigo de aquella primera etapa.
Este poema es de aquellos años en los que Ricardo
Casstillo expresa lo que será el arte a partir de esta nueva generación que arranca en los 80.
EL ARTE QUE VIENE
Estará donde estén los poetas
que se ocultan detrás del
pensamiento pintado. Donde
están los que no pensaron.
También donde el hombre
sencillo, la mujer sencilla.
Donde los niños alegres,
los hombres tristes. Donde
estén algunos borrachos. Donde
estén los que sufren sin querer.
Donde los que bailan sin más.
Donde la gente de la calle
ofrece algún trocito de este
espíritu. Donde estén los
que viven en países en guerras
que no hacen ellos. Donde
oren de Verdad. Donde
aquellos que dejaron cosas escritas,
cosas en las paredes, en los
papeles. Donde están los que
no dejaron nada, porque
no supieron. Donde los que ya
no estando con nosotros,
guardamos algún grato recuerdo.
Donde los silenciosos.
R.C. 1984
Me gusta su pintura y su poesía.
ResponderEliminarMuchas gracias ¿desde dónde nos lees?
EliminarMuy interesante Pepa, gran trabajo, un abrazo.
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